David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964) es un poeta español.
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David González | ||
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![]() Fotografiado en El Coto | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
1964 San Andrés de los Tacones, Gijón, Asturias | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Poeta | |
Lengua literaria | Castellano | |
Género | Contemporánea | |
Nacido en el seno de una familia trabajadora, creció en Cimadevilla, barrio antiguo gijonés, de pescadores, que él ha comparado "con el Bronx". Su infancia y adolescencia están marcadas por la vida de la calle, en su barriada obrera. Para alejarlo de las malas compañías del vecindario, sus padres lo matricularon en el colegio de los PP. Jesuitas. Con diecinueve años, participó en un atraco a una sucursal bancaria, por lo que pasó tres años en la prisión de Villabona. En la cárcel, descubrió su vocación poética, unos versos que son "autobiográficos y viscerales". Su segunda obra Nebraska no sirve para nada fue muy elogiada por Roger Wolfe, quien lo entrevistó para El Mundo. En los años 1990 se embulló de poesía norteamericana, la que más le ha influido. Fue director de la colección de poesía Zigurat, publicada por el Ateneo Obrero de Gijón.[1] Ha participado asiduamente en el encuentro anual de poesía Voces del extremo. Su poesía ha sido traducida al húngaro, al inglés, al portugués, árabe y alemán. Uno de sus abuelos fue preso político en Oviedo, en los años 1940.[cita requerida]
Natalia Salmerón Suero ha escrito Aquello que conservamos después del naufragio, estudio sobre la obra de González. Ha sido retratado por la diseñadora y poeta Cristina Morano y por Alberto García Alix, el gran fotógrafo de La Movida madrileña[2]. De estilo "kinki" y muy aficionado a drogas, alcohol, lupanares y discotecas, su estilo ha sido comparado con el del realismo sucio. Profesionalmente, ha sido obrero metalúrgico. En mayo de 2016 fue entrevistado por Víctor Lenore para El Confidencial, quien calificó a González como "escritor de culto". En la entrevista, el poeta, en paro, enfermo de diabetes y a punto de volver a entrar en prisión, manifestaba tendencias suicidas, o al menos derrotistas.[3] Sobre su vida y obra se ha rodado el documental Vocación de perdedor (2018) y ha participado en Poste Restante: À travers de l'amour de Rimbaud (2018), documental de Raphael Audaire y Nathalie Diot. El cantautor Toli Morilla ha destacado la manera en que González capta en sus poemas el espíritu de Cimadevilla. La cantante alemana Fee Reega ha musicalizado sus poemas.[4]
El cantautor Nacho Vegas lo entrevistó en 2003, en la revista Ladinamo. Define así su estilo: "crudo y tierno a un tiempo, marcado por experiencias vitales de las que te obligan a vomitar las cosas si no quieres morir ahogado en ellas: su paso por la cárcel, la vida imposible en una ciudad deprimida y el desencanto vital". La crítica, poeta y colaboradora de La Nueva España, Ana Vega, ha glosado y elogiado su poemario Si te echan mano al cuello.[5] Califica a su autor de "alma inquieta, francotirador de la palabra que plasma lecciones aprendidas del golpe, pensamientos que llegan tras la caída".
Ha sido numerosas veces antologado, como en El amor ya no es contemporáneo. Poemas y relatos (1997-2004) o en Disociados: antilogía (2013).[6]