Enrique Fidel Verástegui Peláez (Lima, 24 de abril de 1950 - Ib. 27 de julio de 2018) fue un poeta, ensayista, filósofo, cuentista, novelista, dramaturgo, guionista, músico, acuarelista, físico, lógico y matemático peruano de ascendencia africana y china. Fundó el Movimiento Hora Zero junto a los poetas: Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruiz, Jorge Nájar, Enriqueta Belevan y Carmen Ollé. Con su primer libro, En los extramuros del mundo (1971), se erigió como uno de los más importantes poetas de Latinoamérica.
![]() |
Las referencias de este artículo no tienen un formato correcto. |
![]() |
Este artículo o sección sobre biografías necesita ser wikificado, por favor, edítalo para que cumpla con las convenciones de estilo. |
Enrique Verástegui | ||
---|---|---|
Enrique Verástegui en 2011 | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento |
Enrique Fidel Verástegui Peláez ![]() | |
Nacimiento |
24 de abril de 1950 ![]() Lima, Perú | |
Fallecimiento |
27 de julio de 2018 ![]() Hospital Guillermo Almenara Irigoyen, Lima, Perú | |
Causa de muerte |
Infarto agudo de miocardio ![]() | |
Sepultura | Cementerio Parque del Recuerdo de Lurín | |
Nacionalidad | Peruana | |
Lengua materna |
Español ![]() | |
Familia | ||
Cónyuge | Carmen Ollé | |
Hijos | Vanessa Verástegui Ollé | |
Educación | ||
Educado en |
Universidad Nacional Mayor de San Marcos ![]() | |
Información profesional | ||
Ocupación |
Poeta, ensayista, narrador, economista y filósofo ![]() | |
Años activo | hasta 2018 | |
Movimiento |
Movimiento Hora Zero ![]() | |
Géneros |
Poesía, ensayo y narración ![]() | |
Sitio web |
www.3i.com.pe/verastegui/verastegui.html ![]() | |
Distinciones | ||
Enrique Verástegui fue un poeta de ascendencia africana por parte paterna y tusán china por línea materna, Ah Tao Ko es el apellido de su familia materna de origen chino.[1] Nació un 24 de abril de 1950 en la ciudad de Lima, pero a los meses de nacido su familia regresó a San Vicente de Cañete, ciudad donde se crio. Terminó sus estudios secundarios en la G.U.E. José Buenaventura Sepúlveda de dicha ciudad. Se trasladó a Lima, estudió economía, administración y contabilidad en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1970 obtuvo una beca en dicha universidad. Ese mismo año dirigió y redactó una revista político-económica de su facultad. En 1972 obtuvo una beca de la Comunidad Latinoamericana de Escritores, presidida por Miguel Ángel Asturias, con sede en México que no utilizó por no encontrarse casado.
En 1975 grabó sus poemas para la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Trabajó para El Colegio de México. Ese mismo año concedió la entrevista al biógrafo Rouillón, que permitió que el gobierno le otorgara la condecoración de la Orden del Sol del Perú a Ana Chiappe, la esposa de José Carlos Mariátegui.
En 1976 escribió un pequeño Tratado de Estilo para INIDE (Instituto Nacional de Investigación de la Educación en el Perú. Ese mismo año obtuvo la prestigiosa beca Guggenheim de Nueva York que le permitió viajar a Barcelona, Menorca y París, donde llevó cursos de Sociología de la literatura en la Ecole de Hautes Etudes en Sciences Sociales.
Trabajó para revistas de la Amazonía y fue periodista en todos los diarios de Lima. Escribió el manifiesto ecológico-metafísico de la Sociedad para la liberación de las rosas, que la gran antropòloga novelista y poeta Sabine Hargous, desde la revista Les Temps Modernes, dirigida por Jean Paul Sartre. Saludó como expresión metafísica de la ecología en todo el planeta Tierra. Asimismo, fue seleccionado para representar a América Latina en el homenaje que los intelectuales del mundo entero le rindieron al poeta Allen Ginsberg en la Residencia de estudiantes y artistas americanos de París.
En 1977, funda en París Hora Zero Internacional junto a José Carlos Rodríguez y André Laure. Escribe su libro El motor del deseo, escrito en las Islas Baleares y en París, en 1978, donde descubre las leyes eternas del arte y la cultura, que la antigua ciencia no había podido hacerlo.
En 1978, representando a la comunidad peruana, lee sus poemas ante la tumba de César Vallejo, lo que le valió las felicitaciones de Julio Ramón Ribeyro, cónsul del Perú ante la Unesco, que se había unido al homenaje alternativo. Leyó sus poemas en la librería Shakespeare & Co. con el grupo Revolte de París en 1980. El mismo año, desde el Diario de Marka dirigió exitosamente la campaña a favor de los Derechos Humanos en todo el cono sur y fue jefe de la sección Informes especiales del mismo diario, fundando el periodismo de investigación en el Perú. Considerado un magistral ensayista por los estudiantes de Nueva York y París, a los que deslumbran tanto sus planteamientos teóricos como sus poemas, Verástegui que fue llamado "el poeta prodigio" de Occidente por la revista francesa Les temps modernes (número 590, octubre de 1996) y el "más imaginativo poeta peruano" por la revista estadounidense Inti (número 46, primavera 1997), pertenece también al comité de redacción de la revista Realidad aparte de Nueva York al lado de Lou Reed, Anne Waldman, Pere Gimferrer, entre otros.
Estaba casado con la escritora Carmen Ollé con quien tuvo una hija: Vanessa Verástegui Ollé. En 1992 publica su trilogía novelesca, titulada Terceto de Lima, cuya riqueza polisignificativa saludan Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, Julio Ramón Ribeyro, a parte que el brillante intelectual Floreano Martins lo considera una Ética para América Latina. En junio de 1993 Enrique Verástegui realizó un taller de poesía en el Centro Cultural Mammalia Comunicación & Cultura, producido por el poeta y promotor cultural Santiago Risso.
En 1999 escribe Apología pro-totalidad: Ensayo sobre Stephen Hawkings-el equivalente peruano del Novus Organón de Francis Bacon- la que sugiere originales desarrollos del álgebra, y que es recomendado a los mejores lectores por la exigente Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. El mismo año, el Consejo Nacional Todas las sangres que preside Beatriz Moreno organizó el X Congreso Nacional y Latinoamericano denominado Enrique Verástegui en San Vicente de Cañete, además, inventa el Método de Investigación Científica de la pre-ducción, que es superior a la inducción y a la deducción.
Su libro El Modelo del Teorema, equivale a Timeo de Platón, lo mismo que a El discurso del método de Descartes. Escribió ensayos sobre todos los poetas peruanos del siglo XX y prólogos para los del XXI. Los poemas y ensayos de Verástegui han sido publicados en importantes revistas como Eco de Bogotá, Diálogos de El Colegio de México, Espiral de Madrid, Hueso húmero de Lima, Tsé-Tsé de Buenos Aires, Texto crítico de México, Guaraguau de Barcelona y ha sido compilado en diferentes muestras poéticas como las preparadas por Alberto Escobar (Antología de la poesía peruana - Tomo II), José Miguel Oviedo (Estos 13), Julio Ortega (Antología de la poesía hispanoamericana actual), Ricardo González Vigil (Poesía peruana del siglo XX - Tomo II), Tulio Mora (Hora zero, la última vanguardia latinoamericana en poesía), Paul Guillén (Poesía peruana contemporánea / 33 poetas del 70), entre muchas otras.
En 1992 publica su novela Teorema del Anarquista Ilustrado, que sus lectores consideran a la altura de Así hablaba Zarathustra de Federico Nieztche. En junio de 1993 realiza su Primer Taller en Antares. Su siguiente taller se realizó en el Centro Cultural Mammalia en Lima, que tuvo enorme acogida y éxito; así también en la sede de la Universidad Cienciasófica de América latina, donde se entregaron diplomas.
El 14 de febrero de 2008, fue investido como Poeta del Amor por la Asociación Cultural Antares, Arte & Letras. Ha sido distinguido con el Grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad Latinoamericana de la Investigación. En 2009, le fue concedido el Premio Luces del diario El Comercio, por su libro Teoría de los cambios (Sol Negro / Cascahuesos). Igualmente, el 11 de diciembre del mismo año, fue homenajeado por la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle - La Cantuta.
En 2010, en el marco de la 31.ª Feria del Libro Ricardo Palma, la Cámara Peruana del Libro (CPL) le ofrece un homenaje y reconocimiento literario. Además los pasadizos de la feria llevaron los nombres de algunas de sus obras literarias: En los extramuros del mundo, Monte de Goce, Angelus Novus y El Motor del deseo.
En 2011, participó en el II Festival Internacional de Poesía en el Parque de Lima - Perú. También en este año se entre el 30 de septiembre y 21 de octubre, se realizó un Encuentro Mundial en la Casa del Lago Juan José Arreola en México, en homenaje a la poesía del poeta Verástegui. En el mes de noviembre se realizó el Encuentro Internacional En los Extramuros del Mundo, en Cañete. En 2012, participó en el I Festival Internacional de Poesía. Lima-Perú. Donde participaron 82 poetas de 25 países.
En 2012 publica su novela de ciencia ficción titulada La máquina del crepús/culo, que la prensa ecuatoriana considera superior a la obra de Gabriel García Márquez y Roberto Bolaño. En 2014 recibe un homenaje por Vanguardia Andina, poesía contemporánea, Ecuador-Perú del 27 al 31 de enero.
En 2015 fue homenajeado en la República Dominicana desde el 27 de abril al 4 de mayo, así también en la Feria del Libro de Huancayo desde el 24 de junio al 4 de julio. En 2015 fue homenajeado en la Universidad Nacional Federico Villarreal por los estudiantes universitarios. En 2016 publica Teoría y práctica de Xalmo, con Vagón Azul Editores. En 2017 participó en la Feria Internacional del Libro, donde presentó su libro Bodegón. En enero de 2018 fue homenajeado en Cusco en el Festival de poesía en el Sur Andino. En febrero, recibiò un homenaje de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.
La energìa poética y desmesurada de Enrique Verástegui (Cañete, 1950), una de las mayores de la actual poesía en español, sostiene la belleza fulgurante de su reciente "Tratado sobre la yerbaluisa". Texto intergenérico que dinamita las fronteras entre poesía, ciencia, filosofía y manuales codificadores de las artes (arte de amar, ikebana floral, ejercios de respiración) encaminadas a una praxis de la plenitud vital:"adecúan tu cuerpo al mundo y transforman tu vida en Dios" (pág. 23). Dicha factura intergenérica caracteriza a los monumentos de la sabiduría oriental, los cuales poseen un lenguaje poético deslumnbrante: "Tao Te King", "Vedas", "Upanishads", "Baghavad Gita", etc."
Limpia emoción humana. Impresionante espontaneidad e intimidad. Sus versos poseen un ritmo alterno e interno. El verso se amarra a un concepto o a una metáfora, y construye así una trabazón interna, sin costuras visibles, compacta y, no obstante, yuxtapuesta y móvil.
Verástegui es el poeta joven más importante de habla castellana.
Corresponde, conforme a nuestro entender, a Verástegui el cetro del más grande poeta vivo del país.
Quema, transporta, transfigura. Hoja, flor, incendia, abraza, conjura, abre, totaliza, desnuda y nos desnuda como hombres, como autor y lectores que atinamos a ejercer cabalmente nuestra humanidad, la compartida savia de la especie. Torna a encarnar así la misión principal del lenguaje más radical y auténtico, más anclado en el origen del ser, el de la Poesía: revelación, iluminación y profecía en permanente novedad. Inaugura la vida. Arde en la zarza, clama en el desierto, separa las aguas encontradas y agita tempestades. Metamorfosea al escritor, a la página en blanco y al lector en espíritu, oasis, pascua, comunión, utopía. Ave Fénix, entrecruza flores de hierba y paraísos recuperados, siempre distinta, siempre igual. Escritura desmesurada, virtuosa, desatada, intelectualista y embarrada de vida.
El aporte de Verástegui a la poesía en lengua española merece mayor reconocimiento que el que está recibiendo, ausente en pretenciosas antologías editadas en España en esta década (figuraba, en cambio, en las antologías de los años 80 y 90, aparecidas en México y diversos países). Numerosos poemas excelentes de “En los extramuros del mundo” (1971), “Angelus Novus” (2 tomos, 1989-1990) y sus otros libros lo ungen como una de las voces capitales surgidas en los años 70, acaso el más dotado y complejo en niveles discursivos y recursos expresivos.
Ninguneado, Verástegui nos interpela: “Florecí más que nadie / pero perfidia cayó sobre mí, / doblándome como una flor, / herrumbrándome, y fui silenciado. / Maitreya pasó desapercibido como una sombra por la vida, / ¿no dan ganas de llorar?” (pág. 33). Pero el tiempo es el mejor crítico literario; hará justicia a su inmenso talento poético.
Verástegui, acumula, poema tras poema, una mezcla extraña de conocimiento y transparencia poética.
Así, uno de los poetas más vastos y emblemáticos de hoy: Enrique Verástegui, encarna hasta sus extremos una nostalgia que es una sedpor algo; por un orden, por una armonía general de las cosas y de las palabras, que si está en alguna parte, como toda nostalgia no puede
sino estar en el futuro. Así, desde su temprano Los extramuros del mundo hasta sus Ángelus y Ética, su poesía va trazando bajo la forma de un horizonte utópico, un esfuerzo que quiere recogerlo todo, nombrarlo todo, reescribirlo todo, y cuya resolución final debe buscarse en la belleza siempre irreparable que implican las derrotas. Lo conmovedor de su obra, me atrevo a hablar de la soledad de su obra, de su incomprensión, es que en ella sí están las claves cifradas de una respuesta posible a ese sacrificio inaugural, a ese por qué debo, por qué debemos morir. Como Vallejo, las derrotas del mundo son a menudo un triunfo de la poesía y la escritura de Verástegui, su alucinada amplitud, sus extremos, nos está mostrando la cara de un futuro y de un idioma que le adeuda a todas sus víctimas, a todos sus incomprendidos, a todos nuestros territorios, el rostro radiante de sus ángeles nuevos.
Sin duda, la obra del poeta peruano Enrique Verástegui es la que ha llegado más lejos, la que más ha tensionado el poema hasta sus invisibles límites con la ciencia, la mística, el arte. Toda la sabiduría humana se puede encontrar en uno de sus escritos, si es que pudiéramos entender desde la literatura lo qué es la sabiduría y lo qué es lo humano. En cada uno de sus libros una extraña forma entender el mundo se conjuga con un lirismo devastadoramente sublime, que hace que cada uno de sus excesos sea a la vez una mínima gota de ese mar que es su mente. El desborde total de su imaginario es quizá la comprobación de hasta donde puede llegar la poesía, e incluso más allá de la propia palabra, la propia voz, porque en la obra de Verástegui se oye no sólo a una generación de poetas latinoamericanos de avanzada, no sólo por su inicial fliación con Hora Zero o con los Infrarrealistas, sino que también con las más nuevas poéticas que han hecho de la radicalidad un estandarte a los nuevos desórdenes de los sistemas mundiales. Tanto su monumental Ética, como la genialidad irreverente y certera de su trabajo ensayístico, son un giro anómalo que no ha podido ser superado hasta el día de hoy. La profundidad de su visión responde a cuestionamientos que seguramente se harán el día de mañana.
Los resultados de la encuesta a 137 “representantes calificados de nuestra comunidad literaria” para determinar qué poetas deben figurar en la antología consultada de la poesía peruana del periodo 1968-2008 que publicará la Universidad de Lima han sido, en buena medida, los esperados... El 1.er. puesto fue para En los extramuros del mundo, de Verástegui, y el 2º para Noches de adrenalina, de Ollé, con 23 y 19 votos, respectivamente, y el 5º para Perro negro, de Montalbetti, con 8.
Está el Verástegui de la brillante obra juvenil que sigue siendo la más popular. Está el Verástegui que sube a un vuelo de mucho mayor cota, pero de pronto se ve incomprendido y solitario en su espiral ascencional. Su alta mente de gran poeta ha encontrado horizontes realmente sublimes en la confluencia de la intuición filosófica con la matemática y la poética. Como casi todos estamos inmersos en el empirismo y racionalismo que nos enseñan en el colegio y en los medios, pensamos que es una divagación.
Todo lo contrario. Las referidas intuiciones poético-metafísico-matemáticas de Verástegui son saetas dirigidas al meollo de la realidad. A lo que está detrás del aparente caos móvil, aparentemente post-ético, aparentemente insoluble, del mundo actual. Y Verástegui viene con sus intuiciones a rescatar la visión de las realidades mayores, haciendo geniales aportes de conocimiento.
Una especie de médium donde la poesía, su estudio, la vida, las ciencias y las matemáticas florecen como miles de mariposas inquietantes alrededor de sus dedos. Un planeta repleto de libros, de escritura convulsa, como la de un animal que no se resigna a morir. Un acto de fe destruyendo toda vacilación, y como tal, una apuesta por la totalidad, vida o poesía venceremos.(...) Y somos nosotros, los chibolos desenfadados de esta época, los que tenemos que desempolvar los bríos, el polvo, la ciencia, las matemáticas y la pasión como la totalidad de una entrega. Hemos nacido a la bondad de tu arte, hoy todos somos Enrique Verástegui.
A comienzos de la década del 90, Películas El Pacífico emprendió la producción de una inusual serie de semblanzas fílmicas de poetas peruanos vivos: Carlos Germán Belli, Washington Delgado, Javier Sologuren y Enrique Verástegui, y cuya dirección encargó a Silvia Kantor, Juan Carlos Torrico, José Antonio Portugal y Edgardo “Cartucho” Guerra, respectivamente.
Uno de ellos, Para vivir mañana: Enrique Verástegui (1991) fue premiado como el mejor corto documental en el quinto Festival Nacional de Cortometrajes, organizado por la Asociación de Cineastas del Perú (ACDP). Lo comenta el crítico Emilio Bustamante: «Muy bien respaldado por la fotografía y la edición de Gianfranco Annichini, Edgardo Guerra maneja con sobriedad, buen ritmo y algunos clichés los ejes de lo urbano, lo erótico y lo marginal con relación al testimonio de Verástegui, logrando un film atractivo, liviano, mas no superficial, capaz de acercar al poeta al “gran público” y, a fin de cuentas, modesto y respetuoso, todo lo contrario de los solemnes plomazos de Kantor y Torrico».
Control de autoridades |
|
---|