Laura Helena Paz Garro (Ciudad de México, 12 de diciembre de 1939-Cuernavaca, Morelos, 30 de marzo de 2014) fue una escritora y poeta mexicana, hija de los escritores Octavio Paz y Elena Garro.
Helena Paz Garro | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Laura Helena Paz Garro | |
Nacimiento |
12 de diciembre de 1939![]() | |
Fallecimiento |
30 de marzo de 2014 (74 años) ![]() | |
Nacionalidad | Mexicana | |
Familia | ||
Padres |
Octavio Paz ![]() Elena Garro ![]() | |
Información profesional | ||
Ocupación | escritora y poeta | |
Helena Paz nació en la Ciudad de México el 12 de diciembre de 1939.[1][2]
Realizó sus estudios básicos en Francia y Suiza. Conoció Austria, España, Nueva York y Japón. Desde mediados de 1952 hasta enero de 1953 acompañó a sus padres en Tokio, Japón, donde Octavio Paz trabajaba en la Embajada mexicana. En 1954 regresaron a México, donde Helena estudió antropología de 1963 a 1970.
Conoció al escritor y filósofo alemán Ernst Jünger, quien le elogió su poesía en francés y le prologó su libro de poesía Ónix;[3][4] al escritor argentino Adolfo Bioy Casares,[5] quien fue amante de su madre, Elena Garro, así como al cineasta mexicano Archibaldo Burns, amigo de su madre.[6] En sus cartas a Jünger demuestra admiración por la Wehrmacht, antisemitismo, y racismo hacia los mexicanos.[7]
La autora de La rueda de la fortuna se quejó en una de sus cartas a Jünger en el sentido de que su trabajo en una dependencia del gobierno federal mexicano –empleo que su padre le consiguió–, tenía que desempeñarlo entre "desagradables indios burócratas".[8] Estos "indios" no eran literalmente indígenas, sino mestizos mexicanos.
Luego de que Elena Garro y su hija Helena Paz se exiliaron en 1968 a España y posteriormente a Francia, acusadas en los medios de comunicación por periodistas e intelectuales mexicanos afines al presidente Gustavo Díaz Ordaz de participar en la organización del movimiento estudiantil de 1968, regresaron de Europa a México en 1991.
Después de la muerte de Octavio Paz Lozano, el 19 de abril de 1998, quien no les legó ni dinero ni fincas, porque en realidad ya no tenía tanto,[9] aunque en vida sí que les enviaba bastante dinero; por ejemplo, 300 dólares mensuales en 1959, cuyo poder adquisitivo en 2020 equivalía a 2,600 dólares, y Octavio Paz les remitió la pensión sin falta durante toda su vida,[10] la última esposa de este, la artista plástica francesa Marie José Tramini,[11][12] les prestó un modesto departamento en Cuernavaca.
Sus padres, obsesionados con sus propias obras, nunca apoyaron sus creaciones, nunca la orientaron en sus metas literarias, según considera Olivia Teroba,[13] para montarse en la ola feminista que campea por medio mundo desde el Año Internacional de la Mujer (1975).
Las frustraciones de Helena Paz, quien escasamente brilló con luz propia en la arena literaria de México, las volcó sobre sus padres, especialmente sobre Octavio Paz, a quien "reclama" post mortem en su libro Memorias el no haberla apoyado lo suficiente, y termina por confesar que tuvo rencor hacia uno y otra,[14] a pesar de que su padre la alentaba y la aconsejaba, "que seas dueña de ti misma".[10]
Helena Paz Garro colaboró en los periódicos diarios ABC, Excélsior y Unomásuno, así como en las revistas Por qué, El Rehilete, Revista de la Universidad de México, y Sucesos.[1]
Falleció en la pobreza, en Cuernavaca, Morelos, el 30 de marzo de 2014, un día antes de que su padre hubiese cumplido 100 años.[15]
Elsa Margarita Schwarz Gasque y María del Carmen Vázquez Martínez compilaron y ordenaron las cartas que la escritora dirigió a Ernst Jünger y las respuestas de este en breves notas y tarjetas postales,[8] en el libro Helena. La soledad en el laberinto, Ediciones del Lirio / Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2020.[17]
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