Juan Bautista Aguirre y Carbo (Daule, actual Ecuador, 11 de abril de 1725 - Tívoli, actual Italia, 15 de junio de 1786) fue un notable filosofo, poeta y científico de la América colonial. Es considerado como uno de los precursores de la poesía hispanoamericana y ecuatoriana y un renovador de la escolástica de la Real Audiencia de Quito.
Juan Bautista Aguirre y Carbo | ||
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![]() Poeta colonial hispanoamericano, considerado como uno de los precursores de la poesía hispanoamericana y ecuatoriana. Científico que desarrolló la microbiología. | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
11 de abril de 1725 ![]() Daule, actual Ecuador ![]() | |
Fallecimiento |
15 de junio de 1786 ![]() Tívoli, Italia ![]() | |
Nacionalidad | Ecuatoriana | |
Religión |
Iglesia católica ![]() | |
Familia | ||
Padres | Carlos Aguirre Ponce de Solís y Teresa Carbo Cerezo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote, poeta, científico | |
Orden religiosa |
Compañía de Jesús ![]() | |
Fue hijo del capitán de milicias Carlos Aguirre Ponce de Solís y de Teresa Carbo Cerezo,[1] ambos guayaquileños. Estudió en el Colegio Seminario de San Luis de Quito, en donde residió treinta años, casi la mitad de su vida. En 1758 ingresó en la Compañía de Jesús.
Enseñó en Quito en la Universidad de San Gregorio Magno hasta que los jesuitas fueron expulsados de Hispanoamérica en 1767. El 20 de agosto de ese año partió de Guayaquil con rumbo a Faenza, Italia, lugar de confinamiento para los jesuitas quiteños.
Ya en Italia, fue superior del convento jesuita en Ravena y rector del colegio en Ferrara. Luego de extinguida la orden de los jesuitas por el Papa Clemente XIV en 1773, fijó su residencia en Roma bajo el pontificado de Pío VI. Fue amigo del obispo de Tívoli, monseñor Gregorio Bamaba Chiaramonti, futuro Pío VII.[2]
Como escritor Juan Bautista Aguirre cultivó la oratoria religiosa, y como filósofo redactó gran número de versos que responden a una amplia temática que va desde los poemas religiosos y morales a los de tipo amoroso, hasta temáticas mitológicas. Su poesía se encuentra muy anclada en la corriente gongorina.[3]
Juan Bautista Aguirre, pese a ser el primer poeta colonial de lo que luego sería el Ecuador, permaneció desconocido y subestimado por mucho tiempo hasta que en 1918 el intelectual ecuatoriano Gonzalo Zaldumbide le devolvió su merecido sitial por medio de un artículo titulado "Un Gran poeta guayaquileño del S.XVIII, el Padre Juan Bautista Aguirre".
La mayor parte de su producción no fue descubierta hasta 1937, cuando se encontraron sus "Versos castellanos, obras juveniles, misceláneas", entre los cuales destaca la epístola en décimas "Breve diseño de las ciudades de Guayaquil y Quito".[3]
Sin duda, sus estrofas más famosas corresponden al poema Carta a Lizardo:[4]
¡Ay, Lisardo querido!
si feliz muerte conseguir esperas,
es justo que advertido,
pues naciste una vez, dos veces mueras;
así las plantas, brutos y aves lo hacen:
dos veces mueren y una sola nacen.
Como escritor científico Juan Bautista Aguirre también cultivó la física y la biología.
De sus múltiples cursos se ha traducido del latín el manuscrito “Tratado de Física“, el que esta formado por cuatro libros, en los que, siguiendo la tradición escolástica se estructura, a partir de siete disputatio con las que se establecen cuarenta y tres cuestionamientos y para los que, a través de artículos, se dan múltiples respuestas a los mismos en forma de aserciones y objeciones.[5]
Es importante notar que el aspecto científico de su obra no mermaba su estilo literario por lo que podemos ver desde el inicio de su Tratado de Física que, Aguirre nos comparte su conocimiento con buen gusto, invitándonos a apreciar las maravillas de las investigaciones biológicas a venir:
“Vencidas las asperezas de la Lógica….hemos llegado por fin, con la ayuda de Dios a los amenísimos campos de la Física y Ciencias Naturales: aquí no brotan cardos, no amagan espinas, no nacen abrojos, antes una lúcida mies, engalanada de flores, abundante en frutos y llena de innumerables maravillas, se ofrece ahora a nuestras miradas y se abre a nuestras investigaciones”
El contenido microbiológico del Tratado desarrolla varios temas acerca de la naturaleza en donde la filosofía aristotélica y las observaciones empíricas encuentran armonía mientras Aguirre describe con mucho estilo: la naturaleza y sus principios, la materia, su esencia, propiedades, de la forma, la unión y del compuesto sustancial.
Aguirre estudiaba la vida microbiana con la ayuda de microscopios traídos de Europa por el padre Hospital, deleitándose en enseñar las formas y movimientos de esas criaturas, llamadas en el siglo XVIII “corpúsculos”.[6]
A pesar de las innovaciones de este tratado en materia biológica, es importante mencionar que en la física, Bautista Aguirre con sus diputaciones defendía el sistema de Tycho Brahe que ubicaba a la tierra en el centro de la tierra.
Bautista Aguirre en sus escritos logró destacar tanto en el arte ya que fue considerado por Gonzalo Zaldumbide como el mejor poeta de la Real Audiencia de Quito[7], así como en la filosofía, ya que según Samuel Guerra, [8] renovó la escolástica que estaba entrando en decadencia durante el silgo XVIII al hacer uso de evidencia empírica y darle un carácter más científico a sus Tratado de Física.
Actualmente dos Instituciones, una Parroquia Urbana y Rural llevan su Nombre
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