María Meleck Vivanco (Valle de San Javier, Traslasierra, Córdoba, 23 de junio de 1921-Portezuelo, Maldonado, Uruguay, 8 de noviembre de 2010) fue una poeta surrealista argentina.
María Meleck Vivanco | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
1921 Valle de San Javier, Córdoba, Argentina | |
Fallecimiento |
8 de noviembre de 2010 Portezuelo, Maldonado, Uruguay | |
Nacionalidad | argentina | |
Familia | ||
Cónyuge | Luis Guaraglia | |
Hijos | Juana Guaraglia Vivanco | |
Información profesional | ||
Ocupación | escritora | |
Género | Poesía | |
Los primeros estudios los realizó en un colegio de la ciudad aldea Dolores. Fue una chica solitaria que disfrutaba del aislamiento y escribió sus primeros versos en la pizarra escolar. Como ella mismo dijo en una entrevista: "Ya entonces empezaba a enamorarme del lenguaje abstracto con las imágenes irreverentes que constituirían mi atmósfera, mi propia respiración".[1]
Gracias a la biblioteca de su padre accedió a obras de Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Delmira Agustini, Víctor Hugo, Rubén Darío, Almafuerte, etc. En aquella época le marcaron los libros del escritor José María Vargas Vila, Aura o las Violetas, Ibis, Rosas de la tarde y Flor de Fango, todos ellos prohibidos por su alto contenido sensual e inspiradores para la poeta.[1]
En 1948, conoció al que fue su marido, Luis Guaraglia y con quien tuvo un hijo y una hija.
María Maleck llegó a Buenos Aires en 1943, siguiendo a su amiga y poeta Ana Teresa Fabani que residía allí y quien le presentó a Alfredo Martínez Howard, el poeta que la introdujo en el primer grupo surrealista.
En este grupo conoció a Enrique Molina, Carlos Latorre, Francisco Madariaga, a Telo Castiñeira de Dios y a Alfonso Sola González, así como a otras personas de la cultura como Olga Orozco, Javier Villafañe o al periodista Jacobo Tímerman.[1]
Durante los años 1945 y 1946, el grupo se aproximó a Aldo Pellegrini, Oliverio Girondo y Norah Lange. En sus reuniones se hablaba de radicalismo, socialismo y política de ultra izquierda. Sentían fascinación por la figura de Trosky y admiraban sobre todo el surrealismo francés de André Bretón y sus manifiestos.
Si bien la presencia de mujeres en los diferentes grupos surrealistas franceses y europeos en general fue fundamental, en el primer movimiento surrealista argentino que conformó Aldo Pellegrini no hubo ninguna mujer, hasta que incluyó a María Meleck.[2][1]
Dijeron de ella:
Los poemas de María Meleck Vivanco son como el deseo inhallable en el carozo de la locura. La lujuria y sus destellos, salvando fechas, memorias y palabras en remolinos sobre el polvo de la tierra. Reproducen la fiesta de los cuerpos y la frontera de los corazones abandonados. Grieta en el mar, en constante ebullición y penumbraEnrique Molina
Te ha ponderado el océano, te ha tentado, te ha hecho moradora del faro del inextinguible dolor, ha trastornado el jardín de tus antiguas rosas y te ha enrolado en la Legión Extranjera de los sonidos del bajo fondo de los tembladerales de la vida-muerte. Tu condenaciones cántico, y has llegado casi hasta el borde de la esperanza desesperanzada, esa mulata rigurosa que vela con los ojos cruzados de miel solar y entiende de las leyes de la condenaFrancisco Madariaga
Tiene inéditos La Moneda Animal, Bañados de Sereno, Mi Primitiva Cruza y Los regalos de la locura.
Representó a la poesía argentina en el "3er. Congreso Latinoamericano de Mujeres Escritoras"[2] en la Universidad de Ottawa en 1978 y fue invitada al "Congreso Internacional del Surrealismo en el 3er Milenio"[2] Roma en 1999.
Control de autoridades |
|
---|