Raúl Contreras (Cojutepeque, 3 de mayo de 1896 – Madrid, 2 de diciembre de 1973) fue un poeta, dramaturgo y diplomático salvadoreño. Desde la segunda década del siglo XX, obtuvo cargos diplomáticos en los que fungió como enviado extraordinario y ministro en Madrid y París. Debido a la Segunda Guerra Mundial pasó a radicar con su familia en el sur de Francia.
Raúl Contreras | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
3 de mayo de 1896![]() | |
Fallecimiento |
2 de diciembre de 1973![]() | |
Nacionalidad | Salvadoreña | |
Información profesional | ||
Ocupación | diplomático y servidor público | |
Años activo | Siglo XX | |
Seudónimo | Lydia Nogales | |
Género |
poesía | |
Distinciones | Orden Nacional José Matías Delgado | |
Entre 1947 y 1950 escribió bajo el seudónimo de Lydia Nogales, y sus primeros poemas aparecieron en La patria de las artes y Tribuna Libre en San Salvador.
Junto a Alberto Guerra Trigueros y Ricardo Trigueros de León, fundó la Casa de Cultura de San Salvador. Logró, además, el ingreso como miembro a la Academia Salvadoreña de la Lengua. En los años 1950 fue presidente de la Junta Nacional de Turismo, la cual tuvo significativos resultados al construir muchos turicentros y parques populares que continúan funcionando en la actualidad, entre ellos el Parque Balboa, Los Chorros, Apulo y Hotel de montaña en el Cerro Verde.
Después de su muerte, sus restos han reposado en el rincón de los poetas, en el turicentro Los Chorros. David Escobar Galindo describe a Contreras como:
Poeta de fibra romántica que deviene en post-modernista. Cultor excelente del soneto, forma clásica en la que está vertida casi toda su producción poética.
Juan Guzmán Cruchaga, por su parte, expresa:
Gran Poeta, creador de creadores y fabuloso Mago de los jardines…
Etc.
UN VISITANTE
Alguien abrió con el mayor sigilo
mi puerta, de seguro mal cerrada,
Le vio, sin forma apenas, mi almohada,
el paso muelle y la palabra en vilo.
No, no era nadie que buscara asilo
ni que quisiera demandarme nada.
Con la primera luz de la alborada,
salió en silencio y me dejó tranquilo.
De EN LA OTRA ORILLA, Edición póstuma, San Salvador, 1974.
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