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Sofía Guadalupe Pérez Casanova de Lutosławski (Almeiras, La Coruña,[1] 30 de septiembre de 1861-Poznań, Polonia, 16 de enero de 1958) fue una periodista, poeta y novelista, la primera española que se convirtió en corresponsal permanente en un país extranjero y corresponsal de guerra.[2] Fue una mujer culta, muy conocida en los ambientes literarios de la época.[3] En su trabajo destacó el perfil humano de sus crónicas como corresponsal del diario ABC en Polonia y Rusia en las que narraba el sufrimiento de la población civil durante las guerras que cubrió, a las que se añadía el valor literario.[4] Su actividad por toda Europa le permitió vivir acontecimientos como la lucha de las sufragistas en Inglaterra, el desarrollo del sindicalismo, la formación del Partido Bolchevique en la Rusia zarista, la Primera y la Segunda Guerra Mundial además de la persecución de los judíos por el régimen nazi en el gueto de Varsovia. En 1915 entrevistó en exclusiva a Trotski. Colaboró en periódicos como ABC, La Época, El Liberal, El Imparcial de Madrid; en la revista Galicia, en otras publicaciones gallegas y en prensa internacional, como la Gazeta Polska y el New York Times. De convicciones católicas y monárquicas en la guerra civil española se sumó a los partidarios del general Franco.

Sofía Casanova
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Información personal
Nombre de nacimiento Sofía Guadalupe Pérez Casanova
Nombre en español Sofía Guadalupe Pérez y Casanova de Lutosławski
Nacimiento 30 de septiembre de 1861
Almeiras, España
Fallecimiento 16 de enero de 1958 (96 años)
Poznań, Polonia
Sepultura Jean-Marie Vianney cemetery in Poznań
Nacionalidad española
Familia
Cónyuge Wincenty Lutosławski
Hijos Maria, Izabela, Yadwiga y Halina
Información profesional
Ocupación poetisa, escritora y periodista
Géneros poesía, novela y teatro
Miembro de Real Academia Gallega
Distinciones
  • Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia (1918)
  • Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII (1925)

Vivió noventa y seis años. Su longeva vida le permitió dejar una amplia obra abarcando todos los géneros literarios.[5]


Biografía


Sofía Guadalupe Pérez y Casanova nació el 30 de septiembre de 1861 en Almeiras, hija natural de Rosa Casanova Estomper, nacida de Nueva Orleans, y de Vicente Pérez Eguía, litógrafo nacido en San Martín de Valongo, que se casaron dos años después de su nacimiento.[6] Tras el nacimiento del tercer hijo, su padre abandonó a la familia, siendo Sofía todavía muy pequeña, y dejándoles sin recursos, para sobrevivir vivieron con los abuelos maternos, gracias al apoyo económico del abuelo ferrolano Juan Bautista Casanova Pla Cancela, marino de profesión.[7]

Pasó su infancia en el Pazo del Hombre en San Julián de Almeiras (La Coruña) y comenzó sus estudios en la escuela de Doña Concha que más tarde completó en el Conservatorio de Madrid, ciudad donde se trasladó con su madre, hermanos y abuelos maternos.[8] En la capital de España empezó a estudiar poesía y declamación.[7] Allí comenzó a hacer amigos dentro del mundo literario, entre ellos estaba Blanca de los Ríos, con quien se llevaba especialmente bien. El Marqués de Valmar se fijó en ella y la ayudó a publicar algunos de sus poemas en publicaciones madrileñas como Telegrama, El Obrero, Flores y Pestas, Semana Literaria o Imparcial y también en La Ilustración (Barcelona), Domingos del Faro y Folletín (Galicia).

Sus primeros poemas se publicaron cuando ella tenía quince años en el Faro de Vigo. No fue ella sino su madre quien los remitió al periódico al encontrarlos guardados en su habitación. El talento por la poesía de Sofía se reconoció en los círculos literarios más selectos[9] que frecuentaba con asiduidad.[7] A principios del 1880 ya se había ganado un nombre como joven promesa de la poesía y era elogiada como «poetisa de corazón». En esa época comenzó también su carrera como actriz y entre 1878 y 1882 actuó en el Teatro Español.


En la corte de Alfonso XII


Fue protegida por el poeta Ramón de Campoamor, quien la introdujo en las tertulias literarias del conde de Andino, tutor del rey Alfonso XII, y del marqués de Valmar,[5] que se convirtió en un buen amigo y mentor.[7] A través del marqués fue presentada en la corte de Alfonso XII, que organizaba veladas poéticas. A los veinte años era ya una poetisa consagrada.

En 1885 el propio monarca costeó la edición de su libro Poesías. Según los biógrafos de Alfonso XII la debilidad que sentía por Sofía se debía en parte al gran parecido físico que esta tenía con la infanta Eulalia de Borbón.[7]

En las tertulias que frecuentaba, mantuvo trato con intelectuales de la época, entre ellos Emilio Ferrari o Bernard Shaw. Entre las mujeres escritoras que conoció estaban Concepción Jimeno Gil, su amiga de juventud Blanca de los Ríos,[5] Sofía Tartilán, Filomena Dato y Emilia Pardo Bazán.

En estos círculos, Campoamor le presentó al excéntrico profesor, filósofo y diplomático polaco Wincenty Lutosławski, un políglota experto en Platón[8] que llegó a Madrid procedente de Francia y estaba estudiando el pesimismo en la literatura española, sobre lo que luego publicó un libro. Se casaron en la iglesia de San Marcos el 19 de marzo de 1887 y tuvieron cuatro hijas, María, Izabela y Yadwiga, esta última fallecida muy joven[10] que murió de disentería en 1895, sumiendo a Sofía en una fuerte depresión, y Halina, que nació en Galicia.[7]

Tras la boda se instaló en Drozdowo, un pueblo en el norte de Polonia del que era originaria la familia de Wincenty Lutosławski y que por aquel entonces era una provincia u óblast de Rusia. Sin embargo, la pareja y su familia viajaban cada año a Galicia durante el período de verano, lo que le permitió a Sofía mantener una relación directa con su tierra. Sus desplazamientos continuos, como consecuencia de la carrera diplomática de su marido, los combinó con su trabajo de periodista y con su estudio de los idiomas de los países donde residió, lo que le permitió dominar además del castellano y el gallego otros seis idiomas: francés, inglés, italiano, polaco, portugués y ruso, conocimientos clave para las traducciones que realizaría en un futuro. Sus viajes le permitieron además conocer a personalidades del mundo intelectual y político como Tolstoi, Marie Curie, Morel Fatio cuyas opiniones sobre lo español recogió en libros y conferencias.[5]

Casanova en Vida Gallega
Casanova en Vida Gallega

El matrimonio se distanció. El hecho de no haber tenido hijos varones, apuntan algunas biografías, parece que influyó en la separación de la pareja, pues Wincenty comenzó a tener relaciones con otras mujeres en busca del heredero de su apellido.[7]

En 1905 decidió instalarse definitivamente en España, cuando tenía cuarenta y tres años de edad y empezó a tener problemas de visión. Realizó colaboraciones literarias con ABC, El Debate, Blanco y Negro, El Mundo y Galicia, y su hogar madrileño se convirtió en un espacio de encuentro por el que pasaron Basilio Álvarez, Alfredo Vicenti, Ramón y Cajal, Alberto Insúa, Victoriano García Martí y Castelao, que ilustró su libro Princesa del amor hermoso (1909). Mantuvo una intensa actividad social, pronunciando conferencias y participando en las llamadas "obras sociales".

En 1906 fue elegida miembro de la Real Academia Gallega. Tras la publicación de su novela La mujer española en el extranjero en 1910, su nombre empezó a figurar en las secciones literarias de los periódicos españoles y a ella se la consideraba una «mujer ilustre» en el mundo literario. Aprovechando esta fama, intentó ampliar sus horizontes más allá del mundo de las letras y dedicó parte de su tiempo a la caridad y la educación, presidiendo así el Comité Femenino de Higiene Popular en Madrid.[11] En 1911 entró a formar parte de la Academia Española de la Poesía Española.


La madeja. Pérez Galdós estrenó su primera obra de teatro


Sofía Casanova es una de las pocas mujeres a las que Benito Pérez Galdos elogió. Después de Gertrudis Gómez de Avellaneda, solo Rosario de Acuña había representado sus dramas en el Teatro Español antes que Sofía Casanova. Pérez Galdós estrenó así la primera pieza dramática de Sofía, La madeja, el 12 de marzo de 1913. En la decisión pesó la influyente opinión de la primera actriz, Matilde Moreno. El argumento de la obra respondía a la idea de que las extranjeras, con su afán de emancipación, deseaban la destrucción de la familia. Una reacción, según la estudiosa María del Carmen Simón Palmer, de numerosos escritos de finales del XIX y primeros del XX contra las corrientes feministas que llegaban de Estados Unidos. Aunque la crítica elogió el contenido de la obra, la mala interpretación de la noche del estreno -cuenta la crónica- impidió que la comedia se representara en días sucesivos.[5]


Corresponsal de guerra


Viajó frecuentemente a Polonia, donde vivían sus hijas. Durante uno de estos viajes, en julio de 1914, estalló la Primera Guerra Mundial. Después de un mes de resistencia abandonaron Drozdowo en dirección a Varsovia, donde se hizo enfermera de batallones de moribundos. Ese viaje al horror, cuentan sus biografías, la hirió profundamente y cambió su vida.[8]

Lo narró en una carta al diario ABC, intentado convencer a sus compatriotas de que no estaba justificada su creciente admiración por los alemanes.[7] Torcuato Luca de Tena, propietario y director del diario ABC le escribió con la propuesta de que se convirtiera en la corresponsal de ABC en la Europa oriental, propuesta que aceptó.[12]

En 1915 el avance alemán obligó a evacuar Varsovia. Siguió trabajando en el hospital hasta que los alemanes entraron en la ciudad del Vístula y huye con sus hijas en el último tren a Minsk, Moscú y, finalmente, a San Petersburgo.[8] La dinastía Romanov estaba a punto de caer y la escritora y periodista fue testigo del momento e informó de ello no sin dificultades, ya que fue perseguida y censurada por sus crónicas desde San Petersburgo, desde donde narró la muerte de Rasputín y entrevistó a Trotski.[8] Tras estas crónicas, la censura rusa le prohibió la comunicación con España y su silencio provocó que incluso se la llegara a dar por muerta.[7]

En 1917 fue testigo de la Revolución rusa de 1917, que compartió de nuevo en sus escritos.[13]

Durante la insurrección popular del 3 de julio, reprimida con dureza por parte de las tropas gubernamentales, Sofía recibió un golpe accidental en los ojos de parte de uno de los que huían del tiroteo callejero. Las consecuencias de este accidente fueron nefastas para la escritora, ya que a pesar de los cuidados a los que tuvo que someterse no logró volver a ver bien nunca más. A pesar de ello, no dejó de escribir.[7]

En 1918 Polonia logró la independencia y Sofía pudo regresar. En 1919 regresó a España y fue recibida como una heroína con multitud de homenajes.[7]

Entre 1920 y 1930 regresó seis veces a España. Escribió más de cuatrocientos artículos y cuatro libros. En 1925 su nombre se barajaba entre los candidatos españoles al Premio Nobel de Literatura. Ese mismo año recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia de Alfonso XIII por su colaboración con la Cruz Roja durante la 1ª Guerra Mundial.[7]

Sofía Casanova hace el saludo fascista rodeada de sus nietos en su casa de Polonia en 1938.
Sofía Casanova hace el saludo fascista rodeada de sus nietos en su casa de Polonia en 1938.

En 1931 fue testigo de la proclamación de la Segunda República Española, con la convicción de que iba a ocurrir en su país lo que le tocó vivir en Rusia en 1917. Con el cierre del periódico ABC, perdió el trabajo durante unos meses. Este hecho le hizo aborrecer a los republicanos, sentimiento que fue en aumento hasta que en 1936 escribió uno de sus últimos artículos de su colaboración con el diario: Mirando a Rusia.[7]


Guerra Civil Española


Vivió la Guerra civil española desde Varsovia, y desde allí, con el ABC incautado, movió cartas y crónicas en defensa del bando nacional. Rosario Martínez, estudiosa de la figura de Sofía Casanova, señala que su posición fue utilizada por el franquismo:

Sofía Casanova estaba pasando por unos años horribles de penuria extrema, y pretendía incluso mantener a la familia, una familia que había tenido mucho dinero pero que vivió una larga serie de guerras: la primera guerra mundial, la revolución bolchevique, las guerras de fronteras de Polonia, vivió persecuciones políticas y las pasó canutas. Y Sofía, en un momento determinado, se dejó llevar, quizá con buena voluntad, por los consejos de algunos amigos, y fue muy utilizada. No hay que olvidar que en 1938 la trajeron expresamente a Burgos para un acto de propaganda política. Pero tampoco hay que olvidar que Sofía era una persona de ideas conservadoras y que había vivido la revolución bolchevique y que de buena fe confió en el fascismo. Dentro de su mentalidad fue coherente pero en España se la utilizó mucho más allá de lo que pueda ser ético.[2]

Franco quiso conocerla y se reunió con él en Burgos en 1938. En diciembre de ese año declaró a La Voz de Galicia con ocasión de su marcha a Varsovia, que estaba convencida de que el golpe de Estado provocado por un sector del Ejército traería momentos de desarrollo y esplendor a España.[3] Es también el año en el que visitó La Coruña y su aldea por última vez. Siempre contó con el cuidado y con el cariño de una mujer de Almeiras que, además de hacerle compañía permanente, mantuvo vivo en ella el idioma gallego y le ayudó en el cuidado de sus hijas.


Segunda Guerra Mundial


Regresó a Polonia para pasar la Navidad con su familia y le sorprendió el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 cuando se produjo la ocupación nazi del territorio polaco, después de la firma entre Hitler y Stalin del pacto de no agresión germano-soviético y cuya consecuencia fue la terminación de la independencia de Polonia, y se vio obligada a huir a una aldea con una de sus hijas y sus nietos.

La intercesión del embajador de España en Berlín le permitió vivir con cierta seguridad mientras contemplaba la barbarie de los campos de concentración.

En 1952 la Real Academia Gallega la nombró académica de honor.

Murió el 16 de enero de 1958. Aunque estaba casi ciega, seguía escribiendo ayudada por sus nietos, a los que dictaba sus últimas vivencias. No vio cumplido su deseo de acabar sus días en España.[4] El 25 de enero el diario ABC escribió un breve artículo titulado Ha muerto Sofía Casanova.

Quienes han investigado y recogido su historia denuncian el olvido al que ha sido sometida su figura a pesar de la relevancia de su biografía y obra.[2]


Trayectoria periodística y literaria


En el momento de la fundación de la Real Academia Galega, en 1906, Sofía ya tenía trabajo y reconocimiento a nivel mundial, lo que motivó que fuera nombrada miembro de este organismo y que en el año 1952 se le concediese por unanimidad el título de académica de honor.[14]

Publicó novelas, cuentos, una comedia y más de 1200 artículos en periódicos y revistas en Galicia y Polonia. Su producción literaria, de narrativa, poesía y teatro fue muy prolífica. Incluyen cuatro colecciones de poesía, cinco novelas, ocho novelas cortas, relatos cortos, una obra de teatro que Benito Pérez Galdós le estrenó una obra en el teatro español un libro infantil y ocho volúmenes de comentarios sociales, culturales y políticos, además de más de mil artículos en publicaciones gallegas, españolas, hispanoamericanas y polacas. Impartió numerosas conferencias sobre la situación de la mujer y relaciones internacionales, tanto en España como en Polonia, tradujo obras clásicas del polaco y el ruso al castellano.

Como periodista escribió casi un millar de crónicas[4] en las que destacan los artículos publicados en ABC entre 1915 y 1936 y los títulos La mujer española en el extranjero (Madrid, 1910), De la Revolución rusa (Madrid, 1918), Impresiones de una mujer en el frente oriental de la guerra europea (Madrid, 1919), La revolución bolchevista, Diario de un testigo (Madrid, 1920) y El martirio de Polonia (Madrid, 1946).[15]

Tomó partido por una postura pacifista y antibélica y así lo manifestó en sus colaboraciones en la prensa en la guerra del Rif (Marruecos) y en la Semana Trágica de Barcelona; pero la obra donde evidencia esta postura de forma más contundente es en las crónicas de Polonia y Rusia que escribía para la prensa y que se publicaron reunidas en el libro De la guerra en el año 1916.

Su afición al estudio le llevó a conocer seis idiomas y traducir los escritores polacos más famosos como Henryk Sienkiewicz (Quo vadis?, sin año; Bartek el vencedor, Madrid, 1903) o Zofja Kowalewska (Una nihilista, Madrid, 1909) al español. También tradujo al castellano las obras de Sofía Sienkiewicz. Sus obras fueron traducidas al polaco (Lange), al sueco (Gioran Biorkman), al francés (Gaston Paris) y al italiano (Hugo Della Seta).[5][16]

Durante los últimos años de su vida, a pesar de impedimentos físicos como su ceguera, continuó con su obra y publicó colecciones como La novela semanal o La novela corta.


Obras



Bibliografía



Referencias


  1. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Rosario, Sofía Casanova, mito y literatura; el documento n.º 1 del Apéndice documental incluye la partida de nacimiento de Sofía Casanova: Libro Registro de Nacimientos de la ciudad de La Coruña. Año 1861. Nacimiento n.º 715, folio 14
  2. «Rosario Martínez, estudiosa de la figura de Sofía Casanova: Sofía Casanova no interesa a nadie, su figura no da juego´». www.laopinioncoruna.es. 3 de diciembre de 2009. Consultado el 27 de febrero de 2017.
  3. María José Turrión (23 de enero de 2014). «Sofía Casanova, una reportera en la Gran Guerra». Historia[S]. Consultado el 27 de febrero de 2016.
  4. «Escucha a Inés Martín Rodrigo, autora de 'Azules son las horas' en La Tarde | COPE». www.cope.es. Consultado el 27 de febrero de 2016.
  5. Simón Palmer, María del Carmen (1989). Sofía Casanova, autora de La Madeja. Actas del tercer congreso internacional de estudios Galdosianos II.
  6. Sofía Guadalupe Pérez Casanova en la Real Academia de la Historia
  7. «[ Sofía Casanova (1862-1958) «  Galería da Lonxevidade]» (enlace roto disponible en este archivo).
  8. «Las cuatro guerras de Sofía Casanova». abc. 21 de febrero de 2016. Consultado el 27 de febrero de 2016.
  9. «Azules son las horas | Planeta de Libros». PlanetadeLibros. Consultado el 27 de febrero de 2016.
  10. Martínez Martínez, Rosario, «En la trayectoria vital de Sofía Casanova, unas cartas personales a Blanca de los Ríos», en Pazos, 2010, pp. 135-160: «He estado enferma durante el verano pero mi segunda Yadwiga nació buena y está muy mona. Las dos mayores encantadas con la muñequita viva», carta de Sofía Casanova a Blanca de los Ríos fechada en La Coruña el 17 de enero de 1898.
  11. «Sofía Casanova» |url= incorrecta con autorreferencia (ayuda). Wikipedia (en inglés). 11 de enero de 2020. Consultado el 17 de mayo de 2020.
  12. Martín Rodrigo, Inés (2016). Azules son las horas. Espasa. ISBN 9788467046724.
  13. Sofía Casanova en la Revolución Rusa de 1917 en FronteraD Revista digital. 5 de agosto de 2010.
  14. ¿Quién conoce a Sofía Casanova? Diario El Mundo. 9 de julio de 2011.
  15. Sofía Casanova en Cultura Gallega.org (en gallego) Consultado el 20 de junio de 2012.
  16. «Sofía Guadalupe Pérez Casanova | Real Academia de la Historia». dbe.rah.es. Consultado el 17 de mayo de 2020.

Enlaces externos



На других языках


[en] Sofía Casanova

Sofía Casanova (30 September 1861 – 16 January 1958) (formally in Spanish: Sofía Guadalupe Pérez Casanova, Polish: Zofia Lutosławska) was a poet, novelist, and journalist, the first Spanish woman to become a permanent correspondent in a foreign country and a war correspondent.[1] She was a cultured woman, well-known in the literary circles of the time.[2] In her work she highlighted the human aspect of her chronicles as a correspondent for the newspaper ABC in Poland and Russia, where she reported on the suffering of the civilian population during the wars she covered, adding literary value.[3] Her activity throughout Europe allowed her to experience events such as the First World War, the fall of Czarist Russia, the emergence of the Bolshevik regime, and the Second World War. She wrote for newspapers such as ABC, La Época [es], El Liberal, and El Imparcial, for the magazine Galicia, for other Galician publications, and for the international press, such as the Gazeta Polska and the New York Times. Of Catholic and monarchical convictions in the Spanish Civil War, she joined the Francoist ranks. Her long life allowed her to leave behind a broad collection of writings covering all literary genres.[4]
- [es] Sofía Casanova

[fr] Sofía Casanova

Sofía Casanova (30 septembre 1861 - 16 janvier 1958) (Sofía Guadalupe Pérez Casanova de Lutoslawski, Zofia Lutosławska) est une poétesse, romancière et journaliste, première Espagnole à devenir correspondante permanente dans un pays étranger et correspondante de guerre.



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